El cuerpo humano puede verse sometido a fuerzas intensas y antinaturales en caso de accidente de tráfico. Esta realidad provoca diversos tipos de lesiones, que pueden ir desde pequeños rasguños y contusiones hasta afecciones más graves que alteran la vida.
La gravedad de las lesiones de una víctima de accidente depende de las circunstancias de la colisión, incluida la velocidad de los vehículos, el punto de impacto y si los ocupantes llevaban puesto el cinturón de seguridad. Algunas lesiones pueden ser inmediatamente evidentes, mientras que otras pueden tardar en manifestarse.
Las lesiones medulares son una de las consecuencias más graves de los accidentes de tráfico. Se producen cuando la médula espinal o los nervios situados al final del canal medular resultan dañados. Esto suele provocar cambios permanentes en la fuerza, la sensibilidad y otras funciones corporales por debajo del lugar de la lesión. Estas lesiones pueden ser parciales o totales, con diversos grados de parálisis, como paraplejia o tetraplejia. El impacto de estas lesiones va más allá del deterioro físico. Una persona con esta lesión puede necesitar rehabilitación a largo plazo y ajustes en su estilo de vida.
Las amputaciones en accidentes de tráfico pueden producirse de forma traumática durante el accidente o como necesidad quirúrgica posterior debido a daños graves en las extremidades. La pérdida de una extremidad es un acontecimiento que cambia la vida y afecta significativamente a la movilidad de la persona y a su capacidad para realizar las actividades cotidianas. La recuperación suele implicar rehabilitación física y adaptación psicológica. Muchos amputados necesitan prótesis para recuperar un cierto nivel de independencia.
Hemorragia interna es una lesión menos visible pero igualmente peligrosa que puede producirse en los accidentes de tráfico. Puede deberse a un traumatismo contuso o a una lesión penetrante. Los síntomas pueden no ser evidentes de inmediato, por lo que las víctimas de accidentes de tráfico deben recibir una rápida evaluación médica. Una hemorragia interna no tratada puede provocar un fallo orgánico, un shock y la muerte.
Las lesiones cerebrales, incluidas las conmociones cerebrales y los traumatismos craneoencefálicos (TCE), son frecuentes en los accidentes de tráfico. Pueden ser desde conmociones cerebrales leves con efectos a corto plazo hasta traumatismos craneoencefálicos graves que pueden provocar trastornos cognitivos, físicos y emocionales a largo plazo. Los síntomas de una lesión cerebral pueden incluir dolores de cabeza, confusión, problemas de memoria y cambios de personalidad o comportamiento. El impacto a largo plazo de una lesión cerebral puede variar enormemente y puede requerir una amplia rehabilitación.
Es probable que las víctimas de estas lesiones sufran daños económicos considerables. Pueden reclamar una indemnización si una parte negligente les causó el daño. Dado que el tiempo es limitado para hacerlo, buscar asistencia jurídica con prontitud suele ser una buena idea.