Para los adolescentes, sacarse el carné de conducir puede ser un momento decisivo en sus vidas. Sin embargo, para los conductores con los que ahora comparten la carretera en San Antonio, el riesgo de verse implicado en un accidente con estos nuevos automovilistas aumenta. Puede que algunos tachen esta afirmación de suposición, pero las estadísticas parecen confirmarlo. Según la información compartida por el Centros para el Control y la Prevención de EnfermedadesAdemás, los conductores adolescentes son más propensos a cometer imprudencias al volante, como exceso de velocidad, seguir demasiado de cerca a otros vehículos o conducir en estado de embriaguez o bajo los efectos del alcohol.
Los implicados en accidentes de coche causados por conductores adolescentes pueden tener que hacer frente a gastos tan desmesurados que no les quede más remedio que emprender acciones legales. Sin embargo, es posible que estas partes puedan recuperar poco de un adolescente. Por ello, la ley permite que la responsabilidad indirecta recaiga sobre quienes permitieron que conductores imprudentes condujeran sus vehículos (aunque sólo en determinadas situaciones). Los juristas se refieren a este ejemplo concreto de responsabilidad como Confianza negligente.
Algunos pueden pensar erróneamente que la confianza negligente permite a las víctimas de accidentes de coche ir tras los padres o tutores de un adolescente (o quien le haya permitido usar un coche) en cualquier situación. El Tribunal Supremo de TexasSin embargo, ha establecido ciertos criterios que deben estar presentes para que pueda aplicarse a un caso la negligencia en la encomienda. Éstos son:
En el caso de los conductores adolescentes, su inexperiencia al volante puede citarse como prueba de su limitada capacidad de conducción a la hora de alegar negligencia en la conducción.